Bruxismo

El bruxismo afecta entre un 10 y un 20% de la población

El bruxismo es la acción involuntaria de contraer la musculatura que utilizamos en la masticación fuera de ella, y que cierra la boca (por eso se asocia con el «rechinamiento de dientes», provocando problemas en las encías y desgaste de la superficie dental. El bruxismo afecta entre un 10 y un 20% de la población y puede tener consecuencias. Puede suceder durante el día y durante la noche, aunque el más común es durante el sueño y es el más difícil de controlar, ya que sucede de forma totalmente inconsciente.

Si bien es cierto que su principal desencadenante se sitúa en el plano psicológico, sus repercusiones se extienden en el plano de la odontología. El bruxismo dental puede provocar que los dientes duelan o se aflojen. Además de desgastar el hueso que soporta el diente y causar problemas de articulación.

¿Qué puede provocarlo?

Los especialistas apuntan al estrés como uno de los principales desencadenantes del bruxismo dental. Aunque también existen otros factores que pueden contribuir a su aparición:

  • Una alineación inadecuada de los dientes.
  • El tipo de alimentación que sigue el paciente.
  • Los hábitos del sueño.
  • La postura adoptada.

Síntomas del bruxismo dental

El bruxismo puede descubrirse en una revisión dental rutinaria debido a los dientes desgastados o esmalte fracturado. Para poder diagnosticar bruxismo dental el especialista deberá realizar una entrevista clínica, una exploración y un estudio radiográfico.

El hecho de apretar los dientes ejerce presión sobre la estructura bucal: músculos, tejidos y mandíbula. A pesar de que algunas personas pueden no presentar síntomas, el bruxismo dental puede llegar a causar:

  • Sensación de carga y tensión muscular.
  • Dolor de oído, ya que algunas estructuras de la articulación temporomandibular se encuentran cercanas al conducto auditivo externo. El dolor puede no producirse en el oído pero ser referido, procediendo de otra zona cercana.
  • Dolor de cabeza.
  • Sensibilidad muscular, sobre todo por la mañana.
  • Sensibilidad dental al ingerir alimentos fríos, calientes o dulces.
  • Insomnio.
  • Dolor o inflamación de la articulación de la mandíbula.

Tratamientos para el bruxismo

  • Férula oclusal o de descarga: es una protección dental de resina o de plástico. Trata los síntomas y no las causas, por lo que evitará la lesión de los dientes. Desde que se empieza a utilizar elimina el dolor de mandíbula, de cabeza o de oídos, así como otras molestias derivadas. El paciente la puede utilizar durante el día, la noche o durante todo el día, dependiendo de la intensidad del bruxismo y de las recomendaciones del especialista. Cabe destacar que las férulas oclusales no eliminan el bruxismo sino que su objetivo es evitar el contacto brusco entre los dientes, descargar la articulación temporomandibular y reducir la afección de la musculatura masticatoria.
  • Reducción del estrés y manejo de la ansiedad: dado que suele ser la causa principal de aparición y mantenimiento del problema. Las técnicas de relajación pueden resultar de gran ayuda, así como recurrir a un especialista de la salud mental si es necesario. Cualquier hábito que ayude a relajarse como escuchar música, leer, caminar o darse un baño puede contribuir a mejorar el bruxismo.